miércoles, 24 de diciembre de 2008

dichoso pavo

¡el pavo se nos ha escapado!, lo tenía agarrado por las patas cuando tocaron el timbre. me distraje y se me escurrió, corriendo por la mesa y tirandolo todo al suelo. las cucarachas lo seguían a prisa mientras yo le contaba lo sucedido a los que asomaban por la puerta, el abejonejo y el pato astronauta. éste último sacó un cocjete que llevaba en un saco y lo lanzó en dirección al pavo, pero el ave lo cogió con el ala, lo giró y se nos quedó mirando con una sonrisa malévola, mientras los tres buscabamos un escondite. la casa voló por los aires y uno de los ladrillos de la chimenea abolló un ovni que pasaba por allí. los marcianos sacarón un láser desintegrador y lo puntaron hacia mí, me puse muy nervioso y en el último instante me protegí con una bandeja metálica. el rayo rebotó y le dió a la lámpara, de ahí se fue a darle al techo, luego a una mesa, la nevera, un microondas, el lavajillas y por último a los mismísimos extraterrestres. sin ellos el platillo volante cayó en picado y aplastó al pavo.

- ¡aja! ¡ya te tengo! le dije mientras me acercaba con aviesas intenciones

entonces me sacó la lengua y me hizo una mueca, para salir corriendo otra vez. las cucarachas cogieron un tirachinas y empezaron a tirarle tenedores y cuchillos, ¡incluso un hacha! sin embargo no era el pavo el que esquivaba todo eso sino yo, por lo visto las pobres no tenían mucha puntería.

- ¡rayos! ¡se dirige al ordenador!

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