martes, 10 de abril de 2012

estancia en el Titanic: 10 de abril



Llego muy temprano a la mansión de Erika en mi flamante automovil Ford T. La verdad es que es una gozada esto de no tener que azuzar a un caballo. Bueno, en realidad son como varios caballos a la vez. Me río un poco con este pensamiento, que cuando lo pienso es justo lo que me dijeron hace un par de meses en el consecionario. Y así pensando en caballos con ruedas aparco pensando en lo que nos espera.

- Buenos días, señor Francis. Me saluda formalmente el mayordomo

- Buenos días, Wilfred.

- Debo recordarle, caballero, que mi nombre es Walter.

- Oh, sí. Perdón. No se que me pasa que siempre me confundo

Entro en la casa a paso ligero. Espero que Wilfr... Walter no se haya sentido muy molesto. Llego hasta la habitación de Erika y la encuentro haciendo las maletas. Hay muchas. Me pregunto como diablos vamos a cargarlas. Espero que el barco no se hunda por el peso. Me escucha entrar y se da la vuelta hacia mí.

- ¿Qué horas son estas? No es decente hacer esperar a una señorita ¿sabes? Bueno, da igual. Ayudame a meter el resto de cosas.

Intento hacerle ver que quizás se está excediendo un poco.

- Pero si solo llevo lo más impresciendible. Venga deja de bromear y ayúdame.

Estaba hablando en serio pero decido no insistir. No me parece una buena manera de comenzar nuestras vacaciones. Estoy un largo rato metiendo vestidos en maletas. También estoy un rato diciéndole lo bien que le quedan, cuando se prueba alguno nuevo que ha comprado para la ocasión.

- Ah, oye. Ahora que lo pienso, ¿No habría sido mejor que durmiera contigo ayer? Nos habríamos despertado antes y a estas alturas ya habríamos acabado.

Erika se pone roja como un tomate. Yo también lo hago al darme cuenta de la manera en que lo he formulado.

- ¡Quería decir en habitaciones separadas!

Nos quedamos en silencio un rato y luego nos apresuramos a terminar de empacar. Tras esto nos ponemos a desayunar. Desayuno consistente casi en su totalidad por bollos de diferentes clases. Típico en Erika.

- ¿Tienes algún problema con ello? Me pregunta

- En realidad no. Es algo bastante mono.

De nuevo Erika se sonroja.

- ¿Quiéres dejar de decir cosas vergonzosas?

Una vez acabamos nos preparamos para partir. Según los horarios el Titanic embarcará entre las 9:30 y las 11:30. Tenemos que estar en Southampton antes de las doce en punto. Como en mi pobre automovil no caben tantas cosas nos vemos obligados a utilizar su carro de caballos, que conduce el mayordomo. Nos ponemos a hablar distraídamente sobre las cosas que haremos una vez lleguemos a América. Aparte de ver la estatua de la libertad o el monumento a Washington coincidimos en querer ver la fábrica de las galletas que traje el otro día. Puede ser interesante. Empiezo a oler a mar. Debemos de estar ya cerca de la costa. Finalmente el carro se detiene y el mayordomo nos indica que ya hemos llegado. En efecto, estamos en Southampton. Erika tiene hambre y el tipo que nos acompaña sugiere que comamos en algún restaurante cercano pero se nos haría tarde. Además la comida de segunda clase está incluída en el pasaje. El mayordomo nos ayuda con el equipaje, lo cual agradezco porque no creo que pudiera hacerlo yo solo. Erika coge el maletín más pequeño y nos observa con expresión divertida. Subimos por la rampa y dejamos en el suelo lo cargado mientras nos ayuda personal del barco amablemente. Los dos respiramos pesadamente unos segundos y luego nos despedimos.

- Bueno, hasta pronto Wilfred.

El pobre hombre me mira con cara de circunstancia.

- Ahm... esto... perdón.

Y con las mismas pasamos al interior. Escuchamos un par de gritos alterados. Cuando preguntamos a qué se debe nos dicen que al dejar nuestro barco el muelle la estela ha hecho que el New York rompa sus amarras y que casi nos chocamos.

- Pues empezamos bien.

Tras el pequeño susto preguntamos a un miembro de la tripulación y en media hora ya tenemos claro donde está nuestra habitación. Rápidamente dejamos las maletas en ella y nos vamos a comer mientras el barco zarpa rumbo a Cherburgo, en Francia, donde al parecer haremos una escala para recoger a más pasajeros. Después del almuerzo nuestra intención es explorar el Titanic pero a Erika le entra sueño así que lo posponemos. Normalmente estamos siempre corriendo de acá para allá así que una siesta no creo que le venga mal. Le digo que en cuanto se despierte me avise y luego saco una novela que he traído para hacer tiempo en estos casos. Se trata de "El mundo perdido", la nueva novela de Sir Arthur Conan Doyle. Siempre me han gustado más sus novelas de Sherlock Holmes, de hecho a veces bromeo con Erika sobre su parecido con el famoso detective, pero parece una buena novela de aventuras. Justo cuando Gómez ha atrapado a los protagonistas en la parte superior de la meseta destruyendo el puente escuchó los bostezos de Erika. Como no está acostumbrada a escharse la siesta ha dormido mucho más de lo que quería. Me acercó para verle la carita somnolienta y en cuanto se percata de que la estoy mirando da un salto sobre la cama pegando un chillido. Creo que no me esperaba. Al principio parece un poco molesta pero luego se le pasa. A fin de cuentas mi intención era buena. Cuando miro la hora no me lo puedo creer. Me he metido tanto en la historia que estab leyendo antes que he perdido la noción del tiempo. Hace ya rato que el barco se ha parado en Cherburgo. De hecho en media hora volverá a zarpar rumbo a Quennstown, Irlanda.

- ¿Qué te parece si salimos a la cubierta? Seguro que Francia se ve estupenda desde allí.

- Iba a proponerte lo mismo. Me responde

Así avanzamos por varios pasillos, a veces perdiendonos por ellos y saliendo por algún sitio que no queríamos. Es mucho más grande de lo que pensaba. Por el camino nos topamos con dos mujeres barcelonesas, según se presentan ellas Miss Florentina Durán y More y Miss Asunción Durán y More. Aunque acaban de embarcar desde Cherbourg parecen tener mejor orientación que nosotros y nos indican amablemente como llegar hasta la cubierta. Cuando nos alejamos un poco hablan entre ellas.

- Que parejita más romantica ¿No crees?

Rapidamente Erika y yo nos giramos y hablamos apelotonadamente pisandonos verbalmente el uno al otro diciendo cosas que podrían resumirse en:

- ¡No somos pareja! ¡Solo buenos amigos!

Las dos mujeres nos piden disculpas y se alejan con una sonrisita.

- Pues yo creo que hacen buena pareja. Escucho decir a Miss Florentina mientras nos alejamos.

Nos han indicado bien el camino porque ya no nos perdemos y salimos a cubierta. Desde allí puede verse la costa francesa y huele a mar. Erika corre y se asoma. Yo salgo tras ella y la agarro no sea que se caiga. Lo que sí está a punto de caerse es su sombrero, que agarró con la otra mano mientras me sujeto a la barandilla. Durante unos instantes hago malabarismos y luego nos caemos al suelo de la cubierta. Nos quedamos mirándonos un rato.

- Estar contigo siempre es una aventura ¿eh? Digo empezando a reírme

-No tiene gracia. Dice inflando sus mofletes. Casi pierdo mi sombrero.

Estamos allí un buen rato viendo como la costa se aleja, escuchando a las gaviotas y a la gente que hay cerca de nosotros. Empieza a hacer frío y Erika, que ya está temblando dice que entremos. Parece mentira pero ya se está haciendo de noche. Así pues volvemos al restaurante y cenamos mientras charlamos animadamente recordando algunos de los casos a los que nos hemos enfrentado.
Luego regresamos a nuestra habitación. Erika entra primero para ponerse el pijama y me dice bruscamente que no la espíe. ¿Por quién me habrá tomado? Finalmente la puerta se vuelve a abrir y puedo pasar. Me desvisto mientras Erika mira para otro lado y nos acostamos en nuestras respectivas camas. Ha sido un día un poco ajetreado pero tengo el presentimiento de que nos lo vamos a pasar estupendamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas tardes, hemos encontrado su Web en Google y nos gustaría proponerles un intercambio de enlace (Texto). Nos beneficiaría a ambos, mejorando nuestra posición en todos los motores de búsqueda.
Aprovechamos para ofrecerle nuestros servicios como estudio creativo (diseño web, gráfico, impresión y vídeo).
Agradecemos su tiempo y disculpen las molestias.

Miguel Ángel R.C.
Responsable de marketing.
info@websmultimedia.com
Websmultimedia.com