sábado, 22 de diciembre de 2012

¿Estamos ya muertos?

Nya, pues al final nada. Ni fin del mundo ni leches. Ni siquiera un triste cataclismo de los pequeñitos. Como se nota que estamos en crisis, que no da ni para un final en condiciones. Me preguntó qué hará ahora la gente que regaló todos sus bienes para adquirir un búnker. Supongo que a ellos si se les habrá venido el mundo encima. En estos momentos deben estar gritando cosas en idiomas arcanos, pero no salmos sino palabrotas gordas. Mientras muchos se escondían en madrigueras mirando con horror el cielo, como si de un momento a otro fuera a aparecer una mano gigantesca para aplastarnos, yo me dedicaba a dibujar, escribir y a aprovechar el día. Me cundió bastante. Tiene gracia que el día del fin del mundo me diera por trabajar desde la mañana hasta la noche como nunca antes. Debe ser que me gusta llevar la contraria X3 pero oye, que me lo pasé mejor que los que se fueron de parranda eso sí lo puedo asegurar. En fin, algunos se estarán preguntando porqué el mundo no ha terminado. Permitidme que lo explique. Ejem... ejem... ¡¡¡LOS MAYAS NUNCA DIJERON QUE EN EL 2012 SE FUERA A ACABAR EL MUNDO!!! Tan solo fue el final del decimotercer Baktún. El final de un ciclo que conecta con el principio de otro. Ahora volvemos a estar en el primero. Esto es como si alguien se aterrorizara a final de año y en lugar de comerse las uvas se escondiera bajo la mesa porque cree que se acabará el mundo.
Probablemente los mayas no comían uvas para celebrarlo si no mas bien granos de maíz, pero ya me entendéis. En fin, hasta el próximo apocalipsis. Supongo que lo siguiente será una descarga solar para el 2013, una profecía de Nostradamus para el 2014 o una nuevas leyes reformatorias de Rajoy en el 2015, que ese sí va acabar con el mundo como le dejemos. Bueno, pues nada, que me alegro de que el planeta no haya reventado y que mis querido lectores sigan en él leyendome. Os quiero, chao ^^

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